Este libro no fue pensado como tal y cuando se convirtió en ello ni siquiera fue con la pretensión de trascender más allá de las palabras compartidas -regaladas en la amistad- con Pilar, la autora de las fotografías que, sin saberlo ni pedir, dieron pie, paso y aire a los primeros signos o hilos de esa ropa, a crecerse, a ser photografemas.
Las fotografías pertenecen a una selección que hice de entre las publicaciones que Pilar subió a su blog entre diciembre del 19 y febrero de este año. Los textos no han sido publicados anteriormente en ningún otro lugar o plataforma digital. Sólo están en el libro porque fueron escritos expresamente por y para esas imágenes. Inspiradoras para mí, más allá de la amistad. En cualquier caso os invito a acercaros a estos photografemas. Ojalá os gusten tanto como yo he disfrutado viéndolos crecer.
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Tanto a Pilar como a mí nos pareció buena idea compartir ese libro con quien quiera hacerse con él y, de paso, que todo -mucho, poco o casi nada- que pueda obtenerse de la venta de estos ejemplares sea donado a Médicos sin fronteras. La desnudez puede ser abrigo a veces, otras, las más duras, una piel necesitándolo.
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