Esgrime el sol
un argumento pobre
para una mañana que huele a pan
caliente y a noche espesa
por los azulejos. Les toco el color
dormido de tus ojos y voy
apuntalando la niebla
en un bastidor para versos
sin hilo.
Desaparezco
tan despacio.
No hay mundo
y un eco de humedad
ordena el silencio y juega
con mi pelo a los contrarios.
Tampoco te he visto llegar,
pero has venido
descalza
sobre un mantillo de grama
y de verbos,
con una cosecha de luz
y aire en las manos.
Y esparces todo
sobre la mesa, hasta la sombra
junto al té y la piel
de la fruta desnuda. Mis dedos
van pensando un mapa.
Esgrime el sol…
